Eduardo Escobedo Mella

Vive en Los Rastrojos y es profesor de Estado en Educación General Básica. Se gana la vida, además, amenizando musicalmente fiestas locales. El folclore es la esencia de su vida. Se inicia en la música colocando un simple elástico en una caja, y así tocaba en sus primeros tiempos.

Aprendió la guitarra con un profesor, caminando 5 km. cada vez y llevando su instrumento en un saco. Enseguida, a los 13 años de edad, siguió aprendiendo con los cancioneros de la vieja revista “Ritmo”. En esta época, llegó a vivir a Los Rastrojos, donde se unió a su amigo Luis Barrera, que hacía ritmos en una caja de cartón.

Lo invitaron a tocar a su primer evento con ese grupo en la inauguración de unas chancheras. Ya tenía guitarra eléctrica y acordeón, que lo tocaba su amigo Sandro. Más tarde fueron comprando más equipos e instrumentos.

En su familia no había músicos y en su infancia no conoció ninguna fiesta. A su tío Óscar lo vio como músico, fue el único que influyó en él.

El folclore lo conoció en el colegio, ya trabajando como profesor, pero antes había comenzado con el repertorio latinoamericano, en la Escuela de El Tambo, cercana a Los Rastrojos.
Siendo ya profesor de la Escuela de Los Rastrojos, formó el Conjunto Sarmiento. El grupo se asoció con una compañía de teatro que se fusionó con el de música. El repertorio se buscó en discos, una señora aportó otras canciones y todas ellas se adaptaron al grupo. Hoy cantan cuecas, tonadas, guarachas y muchos otros géneros.

Como músico ameniza fiestas solo, desde hace 25 años, con su teclado. Como profesor es optimista, porque los padres de los alumnos se sienten satisfechos y esa misma sensación se le transmite a él cuando ve a los alumnos que continúan con la música una vez que egresan del colegio. Esa es su paga: la satisfacción.

La música, para él, es todo, le fascina, la lleva dentro, encontrando belleza en varios géneros musicales. La música le ha dado personalidad, algunas ganancias que no hubiese conseguido como profesor, pero todo es con sacrificio, por lo que ha aprendido a tener respeto por otros músicos.

A los jóvenes le pide que busquen y conozcan sus raíces, en todas sus formas.